Ya en el prologo a Richard Wagner el arte, y no la moral, es presentado como la actividad propiamente metafísica del hombre; en el libro mismo reaparece en varias ocasiones la agresiva tesis de que sólo como fenómeno estético está justificada la existencia del mundo. De hecho el libro entero no conoce, detrás de todo acontecer, más que un sentido y un ultra-sentido de artista, un Dios, si se quiere, pero, desde luego, tan sólo un Dios-artista completamente amoral y desprovisto de escrúpulos, que tanto en el construir como en el destruir, en el bien como en el mal, lo que quiere es darse cuenta de su placer y su soberanía idénticos, un Dios-artista que, creando mundos, se desembaraza de la necesidad implicada en la plenitud y la sobreplenitud, del sufrimiento de las antítesis en él acumuladas.
"Nacimiento de la tragedia" Nietzsche
1 comentario:
qué reverendo placer leerle a través de usted, a través de otros.
Saludos morrillo! :)
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