La primera línea va retorciéndose hasta quedar hecha una curva que marea, que se hace espiral y luego explota, dejando fragmentos prismáticos danzando alrededor del primer trazo. El punto se aburre y viaja para dar forma a un cuboide, para luego rebotar contra el límite y transformarse en una fugaz esfera, que por su propio peso cae en un charco de contornos secos, salpicando con cruces y esqueletos de asteriscos despeinados la superficie que chilla ante tanto movimiento. Allí va de nuevo la línea traviesa que desfigura los jeroglíficos, los taladra, los pule, los hace entendibles. Tal vez un ojo, o un tentáculo, que mira y envuelve las figuras, oscilando sin voluntad, despierta rozando el sueño con el metal, alimentando la más primordial de las necesidades, la única, crear. Más abajo puede leerse: “metro a metro, el metro es de todos, no lo rayes.”
ilustración encontrada y obsequiada por Perfecta. le quiero
1 comentario:
Y recuerdo este texto... :D!
Publicar un comentario